26.5.11


RÓGER RUMRRILL


                                  
     
                     
                         Axpikondiá

¿Por qué abertura de la noche llega tu voz Axpikondiá?
¿En qué recodo y tumulto de

Estos días tremantes escondes tu viejo cuerpo

tu mohina presencia que nos grita que la felicidad es apenas

la pulpa de la carne, el estiércol y el olvido

clamando más allá de todo lo oculto y acechante?



Axpikondiá mi voz a de llegar a tus oidos

mi cuerpo enardecido por los Soles

urdirá como los nuevos estambres del verano

y no seremos otra cosa que los avestruces

corriendo a escondernos

en las alucinaciones de los brujos de las noche

y tú, abriendo el fuego nocturno,

cayendo entre raudales de sangre y vomitando

toda la gris podredumbre de estos días.

Axpikondiá,

te buscamos tras los vientos, los fuegos del verano

pero sólo sabemos que el mar escupe su saliva

que oxida cada tarde la esperanza.

Caminamos, subimos por las copas de los árboles, somos monos,

nos hundimos en los ríos y trepamos por el quejido más alto

y queremos alcanzar la terrible desnudez de la nada

y sabemos que ella irá más lejos, burilada por la última piedra

de la noche, ligera, estrellada,  y no quedará de nuestra morada

sino la última brecha calcinada por el humor de los monstruos.

Ven Axpikondiá , no hay tiempo, no hay la felicidad que tú aspiras,

queremos que tú seas eso,  la sesación de que en ti todo termina

y alcanzar la gracia de beberte gota a gota

en la hora de que el cuervo besa el último resplandor del día

que se muere.



Axpikondiá, dime, ¿a quién interrogaremos por ti?

¿Qué secretos belfos besaremos buscando el labio de la virgen?

No sabemos, y tú como un Sol incendias la palabra final

y tu fuego me abraza, devora mis pelos y señales y no sé

qué caminos empezar en esta lucha donde tú derrotas mis

últimos ejércitos, los ángeles que se alimentan de mis niños

                                                                                  mal nacidos.





 El retorno de axpikondiá

Axpikondiá regresa cada noche.
En sus espaldas trae la circulación de los ríos
y el otoño de los brujos.

Axpikondiá dirá, entonces, que no tiene la boca de los peces
ni la fuerza de las corrientes que detiene en sus ojos
y dirá que el amor no se cubre de la espuma del tiempo
como los árboles reverdecidos con las recientes lluvias del verano.
Valle dirá, Axpikondiá,  breve salto entre tumultos que ennegrecen
mi más leve esperanza.

Y todo acaba me gritará Axpikondiá con su voz inaudible que
hace remolinos en mi antigua sangre de genealogías insalubres.Axpikondiá retorna cada vez que muere algo en mi pecho
cada vez que no siento la vida flotando sobre mi cabeza.
Axpikondiá, sólo tú sabes una cosa: las horas
torciéndose como una trenza
o un río estancado entre mis manos
o un rayo al que la eternidad mira pasar.



De:

Axpikondiá

RÓGER RUMRRILL

Plaqueta  editada  por

Danilo Sánchez Lihón

GARGOLA 3

Colección de Poesía

Lima   1972





                       Werner  Bartra Padilla   Moyobamba (1970). Profesor de lengua y literatura y abogado por la Universidad...